domingo, 23 de diciembre de 2012

SEGURIDAD CON PARTICIPACION CIUDADANA


SEGURIDAD CON PARTICIPACION CIUDADANA

Por: Percy J. Paredes Villarreal

El tema de la inseguridad en la parte costeña de la Región La Libertad, se ha convertido en un problema y preocupación de las autoridades Regionales, Provinciales y  Locales; motivo por el cual, se dan muchas alternativas de solución, comenzando por mayor represión, incremento de la Policía Nacional, drásticas sanciones, etc.

Del mismo modo, desde los gobiernos locales se vienen diseñando planes y programas para erradicar y/o reducir la inseguridad Ciudadana. Pero, estos planeamientos lo vienen haciendo desde el gabinete, sin tomar en cuenta a los aliados estratégicos que puedan enfrentar a este flagelo, que cada día está avanzando enormemente.

Asimismo, las normas y leyes, que se viene dando desde el Gobierno Central, está permitiendo contar con enormes facultades y poder a las municipalidades para que asuman un rol protagónico en esta etapa de lucha frontal contra la delincuencia y sus respectivas secuelas, para ello tienen que conformar el Comité Distrital/Provincial o Regional de Seguridad Ciudadana, donde lo integran todas las autoridades locales y los representantes de las organizaciones sociales; del mismo modo, la norma exige que tienen que elaborar su Plan de Seguridad Ciudadana .

Algunos gobiernos locales, como es la Municipalidad Distrital de Casa Grande, durante el presente año vienen realizando una serie de acciones relacionado a las Políticas Sociales, con la finalidad de mejorar la Calidad de Vida y el Desarrollo Humano. Somos conscientes que, si queremos generar y construir desarrollo tenemos que contar con una sociedad y ciudad segura; de lo contrario no podemos construir desarrollo; ya que la inversión que viene de fuera se retira, así como aquellos ciudadanos del mismo lugar no van a querer invertir o poner algún negocio por el temor a recibir algún tipo de amenaza, por parte de los facinerosos, que comienzan a cobrar cupos.

Dentro de esta concepción, como lo hemos venido diciendo en múltiples ocasiones, el enfrentar a la delincuencia no tan solo tiene que ser con medidas represivas; también, tiene que ser con acciones preventivas; y estas, deben estar incorporados a una serie de programas y proyectos relacionados al desarrollo social local. Ya que, de esa manera se va  a poder llegar al fondo del problema.

En este año, el gobierno local de Casa Grande ha renovado su Comité Distrital de Seguridad Ciudadana, del mismo modo  ha elaborado el Plan Estratégico de Seguridad Ciudadana, este documento ha sido trabajado con los diferentes actores locales y dirigentes de las diferentes organizaciones sociales; del mismo modo, durante los  meses de Setiembre y Octubre, se ha llevado a cabo talleres descentralizados con la  participación de la ciudadanía, para recoger las necesidades y problemática de la inseguridad.

Estos talleres han podido reflejar que el problema principal de inseguridad en el distrito viene a ser la violencia intrafamiliar, donde  se corrobora con las 25, 43 y 58 denuncias de maltrato y agresiones físicas a mujeres y niños, realizadas en los años 2010, 2011 y Primer semestre del presente año, ante la Policía Nacional, por parte de los (as) agraviados (as); esta estadística son  de las personas agraviadas y  que han  denunciado, pero también existe mucha gente que no denuncia el maltrato que reciben por parte de sus parejas. Del mismo modo, existen otros rubros proporcionado por la policía, donde  reflejan el alto índice de inseguridad.

Por lo que, bajo ese diagnóstico participativo, se ha podido  elaborar el Plan Operativo de Seguridad Ciudadana Participativa del Distrito; posteriormente, este documento fue presentado al Comité Distrital de Seguridad Ciudadana, siendo aprobado  y a la vez, se  convocó al Foro Distrital de Seguridad Ciudadana,  donde todos los ciudadanos, actores locales, líderes de opinión, profesionales y autoridades, nos involucremos y podamos derrotar a este flagelo  que viene atemorizando a la ciudadanía; para lo cual es importante la  organización y planificación.

El Foro Distrital se realizó  los días 20 y 21 de noviembre del Presente año. Donde se tuvo la participación de autoridades Regionales (Gobernación Regional, Sub Gerencia Regional de Seguridad Ciudadana,  Policía Nacional del Perú a Nivel Regional, y el Arzobispado de Trujillo), todos estos invitados participaron el primer día donde reconocieron la labor que viene realizando el Alcalde, señor Alejandro Navarro Fernández y la Municipalidad Distrital de Casa Grande, con respecto a la lucha frontal contra la delincuencia. Este reconocimiento se basó en la planificación e implementación de políticas públicas locales, que se vienen ejecutando durante el presente año.

Posteriormente, en el segundo día del foro se llevaron a cabo las ponencias a cargo de las autoridades distritales; por lo que, se expuso el Plan Estratégico y el Plan Operativo de Seguridad Ciudadana, que se debe implementar el próximo año. Donde los más de 100 asistentes a este evento, entendieron la importancia del trabajo entre la sociedad civil y las instituciones públicas y privadas, para de esa manera acabar con la inseguridad; y no tan solo dejar en manos de la Policía y el gobierno local, la responsabilidad de generar seguridad en el Distrito.

Esta es una primera etapa de todo un trabajo planificado y organizado, que nos permite mirar en forma prospectiva, la seguridad y de esa manera contribuir al desarrollo del Distrito de Casa Grande.
De esa manera, la importancia de abrir espacios de diálogo y concertación, entre instituciones públicas y privadas, organizaciones sociales de base, etc., debe demostrar que la unidad de todos los actores locales, va a permitir el enfrentamiento a la inseguridad ciudadana y la construcción de nuestro desarrollo local. He ahí el compromiso que tenemos todos los que vivimos y formamos parte de este territorio que se llama Casa G

sábado, 15 de diciembre de 2012

EDUCACIÓN: RAMAS Y RAÍCES

EDUCACIÓN: RAMAS Y RAÍCES

Sigifredo Orbegoso V.

La Educación es un problema supraestructural que compromete un mar de fondo social, económico y político, por lo menos. En consecuencia, la educación primaria hasta la superior implica una problemática que no comienza ni agota con métodos de enseñanza-aprendizaje, evaluación, estándares, estrategias para alcanzar la pretensión de hablar de una educación de “calidad”. Pues a estas alturas de los tiempos y las exigencias de los avances científicos, tecnológicos, y de la competitividad de un mercado que antes no existió, si la educación no es de calidad simplemente no servirá de gran cosa para conseguir el desarrollo del país. Seguiremos superviviendo como exportadores de materia prima.

Y los países que no tienen materia prima o ya son desarrollados, igualmente continuarán en la lucha por la calidad de su enseñanza que les permita mantener su prestigio y la elevada formación profesional de sus egresados. Pero el problema es más complejo. Como la educación Pública era insuficiente, la actividad privada comenzó a incursionar en ese terreno con notorios bríos, aunque no siempre con la idoneidad que la materia requería. Es decir, no todos vieron un renglón que había que llenar con eficiencia y eficacia, sino que estimaron que se abría la posibilidad de incursionar en un nuevo negocio, que podía ser bastante rentable. Y comenzaron a andar sin otra mira que la crematística, olvidando los altos fines que significa la educación para un país. El resultado ha sido en muchos casos deplorable. Era irrisorio sacar a profesionales de tan bajo nivel para ejercer a nombre de la Nación.

Entonces desde el Estado y los sectores privados se conformaron entidades que se encargaran de lo que se ha venido en llamar la “Acreditación”. O sea, expertos que luego de autoevaluaciones y evaluaciones, llegaran a comprobar que las universidades sometidas a estudio estaban en la capacidad de dar una educación de CALIDAD. Pues cumplían con los estándares exigidos. Y las que no habían alcanzado pasar el “examen”, simplemente salían desaprobadas para otorgar títulos.

Pues bien. Todo esto está muy bien. Pero el problema educativo como otros, verbigracia: la seguridad ciudadana, no se resuelve sólo con más patrulleros y policías, si no se tocan las canteras de donde salen los delincuentes. En la educación correspondiente a las universidades públicas no habrá una verdadera calidad, si no hay una decisión del Estado en proveer a dichos centros superiores de estudio de los medios presupuestarios que tal fin reclama. Tal como ocurre con otros países que están adelante. Igual las cosas muy poco cambiarán si la corrupción sigue carcomiendo en este caso los Poderes e instituciones públicas. Si no hay autoridad moral e intelectual de dichos Poderes e instituciones para exigir a otras como las universidades, que podrían también exigirles “acreditación”. Curioso ¿verdad?

jueves, 13 de diciembre de 2012

NAVIDAD ES: GENEROSIDAD Y SINCERIDAD


NAVIDAD ES: GENEROSIDAD Y SINCERIDAD

 

De muchas maneras se representa la navidad hoy en día. Los abuelos cuentan como fue navidad en sus tiempos mientras que las abuelas buscan su mejor recetario navideño, esos anotados a mano, heredados por sus madres; y al extremo de la sala los niños, “chicos” que ya dejaron de serlo, quieren ese Ipad o ese video juego que los sumerge en su mundo tecnológico. Y en otro lado de la casa, el árbol plastificado de color verde se arma con rapidez, se adorna con simpleza y se ilumina bajo todo riesgo, por los padres modernos, esos que ya no sueñan, que solo viven y gastan más dinero de lo que pueden ganar, para regalar un juguete a ese hijo que solo ve los fines de semana. Mientras todo eso sucede en el siglo XXI, un niño o una niña aún cree en “SANTA”, o en “PAPÁ NOEL” o simplemente “SAN NICOLAS”; ese personaje obeso, cano y carismático, que no sólo le dejará un regalo; piensa en ese personaje que le regala tiempo a su infancia.

 

Y mientras exista esa fuerza infantil llena de fantasía, cada hogar celebrará navidad a su manera, con sus costumbres y sobre todo en familia. Familia que Dios nos regaló para toda la vida. Pero nos hemos preguntado: ¿Qué significa navidad?. La respuesta es simple, navidad significa la esperanza de la salvación eterna. Y ésta llega con el nacimiento del hijo de Dios. Cuánto hemos cambiado ese concepto nosotros hoy en día; ¿cuánto daño le hemos causado a la verdadera significación de este especial momento?. Cada interrogante merece una sincera respuesta por parte de nosotros.

 

Nos hemos dejado someter por conceptos comerciales de fiesta navideña y hemos olvidado al verdadero San Nicolás, Obispo de Myra, que no dudó en entregar su fortuna a los más pobres de su región de origen Patara, hoy Turquía. Donde demostró su carácter piadoso y generoso; él perdonó a todos los que lo encarcelaron injustamente por defender la fe en Cristo. Desde esa época, siglo IV aproximadamente,  llevó por Europa (Italia, Grecia, Rusia y Turquía), las doctrinas divinas de Cristo, con sinceridad y dulzura exquisita.

 

Siempre llevaba una sonrisa en su rostro cuando evangelizaba, y entregaba un juguete a los niños y a los pobres, humildes y desvalidos siempre los protegía de los poderosos, con gran arrojo y valor. Por todo camino que el recorriera siempre decía que el mejor regalo que el hombre puede recibir en navidad, es Cristo, ya que él es la esperanza, él es la salvación eterna. Esos mensajes aún perduran en el tiempo, pero ya no en nuestros corazones. Entonces recordemos los inicios de la fiesta, de la verdadera fiesta por el nacimiento de cristo y hagamos que nuestros espíritus gocen con la llegada a la tierra del hijo de Dios.

 

Sigamos los pasos de San Nicolás, seamos generosos, piadosos, miremos con dulzura a los niños y defendamos a los menos afortunados, pero no en cada navidad; hagamos que todos los días sea navidad, y enseñarle a los niños que la mejor justicia va de la mano con la verdad y el honor, armas eternas del hombre justo y leal a sus convicciones, que no dudará en defender y proteger al hombre, mujer y niño, de los abusos del poderoso hombre que también habita la tierra.

 

En esta noche buena llena de esperanza, no sólo celebremos, sino también oremos, por el niño o niña abandonada, por las adolescentes ultrajadas y comercializadas, por las madres olvidadas, por lo padres perdidos y sobre todo por el hombre moderno, para que haga un alto en su vida y se encuentre otra vez con la razón de su existencia: Dios. Feliz navidad, para todos y cada uno de los que queremos paz, unión y sabiduría, son los sinceros deseos de la familia del Ministerio Público, Distrito Judicial la Libertad. 

                                                                                                                                            

 

                                                                                                                                             (HAAV)

jueves, 6 de diciembre de 2012

PROMO 90 GUE - REENCUENTRO 2005


REENCUENTRO DE LA GENTE GRANATE, PROMOCION MANUEL ISIDORO SUAREZ 1990.
VILLENA, VASQUEZ PITA, LEGENDRE, "PATO" TORRES, PAUL URRELO, HORACIO ALVA, ANTES DE LA CLASE DEL RECUERDO EN LA GUE JFSC

 
GENTE DE LA PROMO CON LOS PROFES MAS QUERIDOS DE ESA PROMO SAGASTEGUI, ALVA ENTRE OTROS
 
ESTUDIO Y HONOR

sábado, 1 de diciembre de 2012

El Perú que soñamos

El Perú que soñamos
“Sueño un Perú que sueña en el largo plazo”

Beatriz Boza, CADE noviembre 2012



Los peruanos hemos crecido en torno a una falacia: la imagen de un “mendigo sentado en un banco de oro”.

Al creer que nuestros recursos naturales nos aseguraban prosperidad y desarrollo convertimos a ese “banco” en un símbolo de impotencia y subdesarrollo. El Dorado era un lugar lejano donde yacía nuestro futuro. Creíamos en encontrar tesoros materiales para hacernos ricos, cuando el tesoro estaba en nosotros mismos, en nuestra forma de ser, en nuestro empuje, coraje y espíritu.

La paradoja del mendigo no se resuelve encontrando qué hacer con el banco de oro sino cambiando la actitud.

Hagamos un ejercicio. Imaginemos al mendigo. ¿Cómo lo ven? Seguro que sentado, su cuerpo transmite resignación, la cabeza gacha, mirada al piso, sin futuro alguno. Sus manos temblorosas reflejan su falta de convicción, su temor y desconfianza. Sin porte, su figura no trasluce dignidad. Con una mano se aferra al banco sin saber qué hacer con él, mientras extiende la otra para recibir una limosna. Espera que otros resuelvan sus problemas. No tiene horizonte, no porque este no exista, sino simplemente por que no se atreve a mirarlo. No se imagina nada diferente.

Y de pronto descubrimos que el mendigo no nos resulta ajeno. Es nuestra imagen reflejada en un espejo. La responsabilidad del mendigo es la responsabilidad de nosotros mismos.

¿Quién en esta sala se hubiera imaginado, solo hace una década, el país que hoy día somos? ¿Quién se hubiera imaginado que después de concluido el gobierno del presidente Alan García estaríamos creciendo ahora, en el gobierno del presidente Ollanta Humala, en medio de una crisis internacional que ha puesto en jaque a los países desarrollados, a un ritmo promedio de seis por ciento –¡los últimos 12 años!–, con inflación baja, reduciendo la pobreza de manera sostenida, y viviendo un sentimiento de efervescencia y orgullo por nuestra peruanidad? ¿Quién podría haber anticipado todo esto hace 10 o 20 años?

Claramente, ¡no el mendigo de la metáfora!

Pero 20 años de mantener un mismo norte no han pasado en vano. El mendigo se ha puesto de pie y ha levantado su mirada. Aunque su convicción es esquiva, al menos está dispuesto a hacer algo. Decide (o mejor dicho, decidimos) no seguir esperando sentados, con la mano extendida. Aunque con miedo y bastante desconfianza, nos hemos animado a caminar, pero no nos atrevemos a alejarnos mucho del banco. Nos quedamos en el barrio. Todavía encontrar El Dorado es nuestro sueño. Nuestro futuro depende más de la casualidad que de nuestro esfuerzo.

Pero hemos empezado a darnos cuenta que la verdadera riqueza del Perú era y es su gente: nuestra creatividad, diversidad, iniciativa, laboriosidad, la fuerza de una de las pocas culturas milenarias sobre el orbe, nuestra hospitalidad, capacidad de superación y alegría de vivir.

Hemos avanzado mucho estos últimos 20 años. El Perú es otro, ha cambiado. Sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer. Hemos roto la inercia, pero aún ella lastra parte de nuestra convicción y voluntad.

Y es que podemos tener muchos logros tangibles, podremos haber encarcelado a quienes amenazaron nuestro futuro con ideologías trasnochadas, podemos estar creciendo económicamente, recibimos con entusiasmo a los turistas y los miramos con orgullo degustar nuestra gastronomía o piropear Machu Picchu, estamos firmando TLC y festejando nuestra peruanidad. Podemos tener todo eso, pero mientras no transformemos nuestra actitud, mientras no rompamos la conducta cortoplacista, prejuiciosa y desconfiada del mendigo, no desterraremos los flagelos que nos quitan competitividad.

Prejuicios que matan

Y es que la pobreza del mendigo no está en sus harapos sino en su incapacidad de relacionarse con los demás. Los prejuicios del mendigo lo condenan, impidiéndole crear riqueza pues esta solo se gesta en la interacción con los demás. Es que la verdadera pobreza no radica en la miseria del vestido, sino en la miseria del espíritu.

Hoy podemos soñar. Soñar, en este caso, no es hacerse una representación onírica de la realidad que termine siendo una irrealidad. Soñar en este caso es pensar en lo posible, en lo alcanzable, en convertirlo en esperanza y poner esfuerzo en que lo alcancemos.

Por eso, sueño con que el Perú logre desterrar el flagelo de la violencia cotidiana en sus diversas formas, esa que se manifiesta a diario a través de nuestros prejuicios, nuestra intolerancia, abuso, discriminación y racismo, esa violencia contra la intimidad que aniquila a la persona porque la despoja de su autoestima y dignidad.

Sueño con que la ley sea igual para todos y respetada por todos.

Tener prejuicios, sentir envidia, temor y desconfianza son sentimientos inherentes al ser humano, como lo son las necesidades de orden, seguridad, respeto y confianza. Y es precisamente el rol del Derecho y de la autoridad garantizar las condiciones que nos permitan la convivencia pacífica dándonos seguridad, poniéndole coto a nuestros prejuicios, protegiendo nuestra libertad, y permitiéndonos creer, crear y confiar.

Sueño con una autoridad firme dentro de la ley; que le diga NO a la violencia y SÍ a nuestra libertad. Sueño con reglas consensuadas entre todos para vivir y resolver nuestras diferencias en paz, que nos permitan saber que ningún poder prima sobre nuestra dignidad, ninguna autoridad sobre la persona humana, ninguna forma sobre el contenido ni la fuerza bruta sobre nuestra libertad.

Sueño también con una sociedad donde los ciudadanos confiamos en el otro. Sueño que aprendemos a valorarnos por nuestra condición de personas, por nuestras ideas, por nuestros sueños de ser ciudadanos del primer mundo, por la humildad de quien sabe que todavía falta mucho por hacer y que ve en los demás una fuente inagotable de estima y aprendizajes.

Sueño con empresarios que piensan en el Perú primero y no solo en la utilidad del ejercicio. Y es que actuar en función del país supone ir más allá del análisis financiero de corto plazo o de una coyuntura económica que nos lleve al conformismo. Supone pensar en cómo construir una institucionalidad real para impactar en la gobernabilidad teniendo a la persona humana, al ciudadano, como nuestro norte. A diferencia de la lógica del mendigo, enfocada en minimizar pérdidas o esperar la timba, hoy sales al mercado a ganar, confiando en tus capacidades distintivas para resolverle problemas y necesidades a la gente. De la empresa de la supervivencia transitamos a la empresa motor del desarrollo nacional que crea riqueza, que confía e inspira confianza.

Mi sueño es que también los peruanos soñemos a largo plazo. Porque con lo creativos, alegres y trabajadores que somos, si soñamos a largo plazo estaremos dándole cabida a otras generaciones de peruanos que aún no conocemos y a quienes también nos debemos.

Para pensar juntos en el futuro necesitamos quitarnos las ataduras que nos impiden sumar. Tenemos que estar dispuestos a trabajar en conjunto, sectores público y privado, al interior del Estado y entre el propio sector privado, en la sociedad civil y la academia. Cada quien cumpliendo su rol.

Por eso, lograr la articulación del niño a la escuela, del joven pandillero al mercado laboral, del artesano al circuito de la moda, del pequeño productor al mercado global y del profesional a la empresa, contribuye a erradicar muchas causas de los atrasos que hoy aún nos aquejan.

Sí hay fundamentos para soñar

Así como nadie imaginó hace 20 años todos los logros que hemos tenido en el Perú, creo que hoy tenemos fundamentos para soñar y sentir alegría de quiénes somos y orgullo de todo lo compartido en estos últimos años.

¿Se imaginan cuánto más rápido andaríamos si tuviésemos un horizonte compartido? ¿Cuánta energía nos ahorraríamos si supiésemos escucharnos, compartir y contrastar distintas visiones del futuro, pero teniendo como base la dignidad y libertad humana? ¿Se imaginan el horizonte que le daríamos a nuestros jóvenes si supiesen hoy qué carreras serán las más demandadas en 10 y 20 años? Solo si compartimos hacia dónde vamos podremos sumar esfuerzos para encaminarnos libremente a un objetivo común.

Hace 40 años, desde aquí, nos invocaron a tener un horizonte de largo plazo. En la CADE 1972, el ingeniero Walter Piazza Tangüis fue uno de los primeros peruanos en destacar la necesidad de una visión de futuro, y su invocación no solo sigue vigente sino que ha llegado su tiempo: es urgente.

Por años, hemos postergado algunos problemas y hemos olvidado. Es que de alguna manera un enfoque de resultados a corto plazo no da cabida para abordar aspectos estructurales que requieren un horizonte mayor de acción, como la prevención de la conflictividad social, la calidad de la educación, la lucha contra el narcotráfico o la confianza en la autoridad judicial. El largo plazo se construye día a día –qué duda cabe–, pero ello no significa que sea la simple suma de cortos plazos.

Hoy afirmamos la esperanza de un Perú mejor, de una sociedad más justa, más libre, más pacífica y más solidaria. Un Perú con futuro. Un Perú que sabe quién es: un país diverso, integrado al mundo, con ciudadanos dueños de su destino, dispuestos a competir, que forjan un futuro con raíces.

Veo ese Perú que juntos estamos forjando y que se yergue orgulloso, fuerte, tierno, dándole cabida a todos. Por eso, sueño con un Perú que haya desterrado a Pepe el Vivo, al perro muerto y la criollada y que dé cabida a la tolerancia, la justicia y la solidaridad.

Sueño con un Perú en el que el futuro está en manos de los peruanos y no en esperar encontrar Dorados o bancos inexistentes. Un Perú en el que la paradoja del mendigo desaparece cuando este desarrolló tanta autoestima que ya no se preocupa del banco sino de sus propias capacidades porque sabe que la riqueza está en sí mismo.

He compartido mi sueño. Ustedes tendrán también los suyos. En algunas partes nuestros sueños conversarán, en otras se diferenciarán. Lo importante de soñar es comenzar a crear una ilusión compartida que ponga a nuestro querido Perú en movimiento. Nuestra imaginación es el único límite de lo que vamos a poder alcanzar. Los invito a soñar.

Gracias!