lunes, 6 de septiembre de 2010

Quién gana en política?...dudo que nosotros

Mi salario me obliga a caminar diariamente al trabajo y es en ese recorrido cuando tengo la oportunidad de ver a diario situaciones diferentes del trujillano común (como yo), del promedio y del que si se puede comprar una camioneta nueva cada seis meses. Fue en una de esas caminatas obligadas que empecé a ver como las avenidas se inundaban con coloridos paneles y pancartas, desde las más pequeñas y grandes. Una encima de otra sin importar el poste donde se encentre, o si es que destroza el bien público o privado; y para completar todo este panorama legal, si contamina o no visualmente.

Y toda esta guerra “financiera”, entre Perú posible – súmate; Apra, fuerza social, App y los disque independientes, gana quien más dinero tenga para seguir colocando paneles más grandes que el de la competencia, o pauteando más publicidad electoral en los medios de televisión local que se pelean a cada candidato y otros medios que ya le han declarado la guerra a alguno de ellos. Entonces ahora me veo obligado a escribir estas líneas en plena coyuntura electoral.

Quiero empezar planteándome esta pregunta: ¿Quién gana es todo esto: el candidato o el ciudadano organizado?; ¿Quién pierde en una elección: el que no alcanzó el sillón municipal o el del gobierno regional; o toda una ciudad, provincia o región?

Desde que tengo uso de voto, he sido testigo por más de 15 años un mismo alcalde intentó hacer de Trujillo una ciudad importante, y si lo logró o no? Es una pregunta que cada trujillano puede responder con la razón o con el corazón (porque el trujillano es aprista sin saber que es apra). Entonces luego de 20 años un alcalde no aprista hizo llorar a un bien alimentado presidente de la república. Desde ese instante esta ciudad quedo olvidada y marginada.

Ahora desde un punto adulto y con mayor conciencia es importante aportar este sub tema.

EL CIUDADANO ES RESPONSABLE POLITICAMENTE:

No, por donde se mire. Estamos muy mal acostumbrados a recibir y lo que es peor; contentarnos con las dadivas que los políticos nos lanzan antes de la hora de las elecciones. Si eso es cultura ciudadana, prefiero ser inculto por siempre.

Ahora quien mueve a la gente y porque; de verdad necesitamos pistas con alta tecnología para tener más autos que nos contaminen el ambiente; o nos urge más espacio verde para poder pensar en un futuro para nuestros hijos. Nadie dice que la tecnología no es importante, pero de que nos sirve si no sabemos usarla apropiadamente. Ese mismo pensamiento se replica en la política, de que nos sirve votar por otro candidato si no ganara, y al final gobernará quien tú no elegiste. Eso desde mi concepción se llama irresponsabilidad porque hacemos gala de una madurez política como ciudadano y al final nos vemos obligados a votar por simple herencia familiar o porque somos rebeldes a la vieja guardia o simplemente buscamos una opción no conocida.

No hay partidos políticos en el país, pero si hay organizaciones o agrupaciones que a su manera eduquen, sin ofrecer comida, al ciudadano. Un ciudadano que queda huérfano luego de las elecciones, porque nunca más será escuchado y seguirá en su realidad.

MODERNIDAD:
Escuchaba con atención a viejos revolucionarios que hacían lógicas comparaciones entre ciudades de la misma edad, pero mientras una tiene metro, teleféricos y demás alternativas de la modernidad, la nuestra sigue hundiéndose en su historia, que se cae a pedazos por una mala política de conservación o por el miserable presupuesto que se le da a esta región.

Lo real es que nuestra ciudad en plena modernidad, solo tiene tres aros viales, una desordenada ciudad que ya no puede crecer horizontalmente, sino verticalmente. O simplemente nada que otras ciudades, como Barranquilla en Colombia o Guayaquil en Ecuador, tienen ya desde hace buen tiempo atrás.

Eso se logró no solo con la decisión de sus políticos, si no a la conjunción de poderes con el más importante: el del pueblo (un pueblo educado, ordenado y culto). Algo que no está por ahora en las propuestas de los políticos: educar a su gente. Corregir los errores y enseñarles a cazar cuando tienen hambre. Pero como se podrán sustituir todos esos programas paternalistas que durante años se usaron en elecciones de nuestro país.

Cómo cambiar el concepto de política, que solo beneficia a unos cuantos y no al pueblo en su conjunto. La respuesta es simple: educación. Solo así saldremos del hoyo donde estamos metidos por los políticos de siempre, los de derecha, los de izquierda y los que levantan la bandera de independencia luego de haber renunciado a sus agrupaciones políticas.

EL FINAL LLEGA EL 3 DE OCTUBRE
Es un final cargado de política “guerra sucia”, donde las ofensas, los cuchillos y golpes bajos no faltan. Ahora entiendo porqué nunca cambiaremos esa primitiva cultura, los mismos candidatos los promueven, usan a su antojo y sobre todo aplican cuando les es útil y necesario. Y este tres de octubre del 2010, que gane quien deba ganar: el pueblo, los ciudadanos de a pie, que a diario soportamos robos, calles sucias, contaminación, etc, etc.

Lamento que todo este clima de pobreza espiritual se viva en cada momento electoral; esta misma carencia esta en cada uno de los trujillanos, liberteños y peruanos. Por eso somos nosotros maleteros, envidiosos, corruptos. Y es que tenemos de donde aprender: Alan García, Toledo, Fujimori y demás políticos que solo han servido a los intereses de los más poderosos, olvidando para siempre a los del pueblo.

Por eso este tres de octubre termina esta primera parte del circo político, que tendrá su segundo round en abril próximo cuando se decida quien seguirá protegiendo los intereses de los ricos. Esos que en el Perú hacen lo que se les da la gana. Porque en este país se dice: dime cuanto tienes y te diré cuanto vales

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