FELIPE PÉTRIZ
Rector
Universidad de Zaragoza
Publicado en el BOE el Real
Decreto 1393/2007 (RD), por el que se establece la ordenación de las enseñanzas
universitarias oficiales, parece procedente plantear algunas reflexiones sobre
la necesidad de concretar en las universidades estrategias para el cambio
metodológico.
El RD adopta una serie de
medidas que flexibilizan la organización de las enseñanzas universitarias,
promoviendo la diversificación curricular y permitiendo que las universidades
aprovechen su capacidad de innovación, sus fortalezas y oportunidades. Asimismo,
la nueva organización de las enseñanzas quiere dar respuesta a un cambio
estructural, pero además quiere dar un impulso a la renovación de las
metodologías educativas. Si bien a través de los medios de comunicación ha
transcendido la importancia de la reforma estructural, socialmente debe
preocupar más la renovación docente, porque incide en la interacción
estudiante-profesor para la generación de aprendizaje, en la combinación y
adaptación de los métodos pedagógicos a la naturaleza de las distintas partes
de una materia y en la situación de partida de los estudiantes, el refuerzo de
las enseñanzas prácticas, la resolución de problemas y discusión de casos
prácticos, la realización de prácticas pre-profesionales externas, la atención
tutorial, y el uso de las tecnologías de la información y comunicación,
llamadas siempre a jugar un papel fundamental en la renovación metodológica.
A estos efectos, cabe
señalar que el RD indica que la descripción de los módulos o materias de
enseñanza-aprendizaje que constituyen la estructura del plan de estudios debe
venir acompañada de las competencias que adquiere el estudiante con dichos
módulos, las actividades formativas, su metodología y relación con las
competencias, y el sistema de evaluación. Por otra parte, en el supuesto de
títulos que habiliten para el acceso o ejercicio de actividades profesionales,
se prevé que el Gobierno establezca las condiciones a las que deberán adecuarse
los planes de estudios, para garantizar que los títulos acreditan la posesión
de las competencias y conocimientos adecuados a dicho ejercicio profesional. La
memoria para la solicitud de verificación de Títulos Oficiales informará
también de la estimación y su justificación de valores cuantitativos para los
siguientes indicadores: tasa de graduación, tasa de abandono y tasa de
eficiencia y, de forma relevante, deberá informar del sistema de garantía de
calidad concretando responsable y procedimientos, entre otros, de evaluación y
mejora de la calidad de enseñanza y el profesorado, de garantía de la calidad
de las prácticas externas y los programas de movilidad, de análisis de
inserción laboral y de la satisfacción con la formación recibida.
Los requerimientos
señalados en el decreto vienen a recoger las cuestiones principales señaladas
en el documento "Propuestas para la Renovación de las Metodologías
Educativas en la Universidad?, elaborado por la Comisión para la Renovación de
las Metodologías Educativas en la Universidad e impulsado por la Secretaría de
Estado de Universidades e Investigación. En dicho documento se recogen los
objetivos y estrategias para la renovación de las metodologías educativas desde
un enfoque integral.
La renovación metodológica
es consustancial al espíritu universitario y, por lo tanto, sería un error
identificarla con la oportunidad de cambio que se produce con la construcción
del Espacio Europeo de Educación Superior. En las aulas universitarias,
profesores y estudiantes han venido practicando desde hace muchos años esa
actualización crítica constante que implica el diálogo entre ambos y la tensión
creativa entre esas dos fuerzas, que es la que contribuye a "crear hombres
nuevos", como decía Giner de los Ríos.
La renovación metodológica
no consiste en enfocar el trabajo con los estudiantes de modo diferente en las
materias a impartir. Debe aplicarse como un esfuerzo conjunto e integrado en
unas enseñanzas, una titulación..., aunque este esfuerzo reconozca siempre un
punto débil; como dice Stephen Hawking: "El ritmo del progreso es tan
rápido que lo que se aprende en la escuela o en la universidad está siempre
algo desfasado."
En la renovación
metodológica hay elementos externos e internos que entran en juego:
a) Externos, en fases
previa, simultánea y posterior al ejercicio educativo en la Universidad:
Compromiso institucional,
en sus niveles estatal y autonómico, que debe aportar una visión estratégica de
la formación universitaria en la perspectiva antes citada de Giner, formar
ciudadanos en conocimientos, en capacidades y habilidades y en valores, física
y moralmente, pero también una auténtica puesta en valor del ejercicio
profesionalizado de la docencia universitaria, un tanto devaluado hoy día.
Diagnóstico y observatorio
permanente, entendidos como herramientas que aseguren la calidad y faciliten
procesos de verificación.
Organización reticular,
conexiones en red interuniversitarias que favorezcan estrategias comunes y
programas continuos de desarrollo en el ámbito metodológico. La Universidad en
la "Europa del conocimiento" implica, asimismo, la movilidad del
profesorado y la estudiantil.
Necesidad de un nuevo
Estatuto del Profesorado.
Financiación, que debe ser
adecuada, eficiente, suficiente y condicionada al cumplimiento de objetivos.
b) Internos, entendidos
como responsabilidad compartida entre los agentes educativos:
Compromiso concreto asumido
por parte de la institución universitaria y coordinación entre las distintas
instancias vinculadas a la planificación, diseño y gestión de la enseñanza
universitaria.
Formación colaborativa,
donde el proceso enseñanza-aprendizaje se vea reforzado por el contrapunto
aprendizaje-enseñanza. Necesidad de una participación activa, una
"co-gestión" entre profesor y estudiante en la formación
universitaria.
Formación en valores y
actitudes, que deben impregnar casi todas las materias objeto de aprendizaje.
Thomas Mann dijo que un ser no está completo hasta que no se educa.
Formación en competencias,
habilidades y destrezas (resolver creativamente problemas que se presenten en
la vida cotidiana, trabajo en equipo, conciencia ocupacional...). La
metodología ayuda a transmitir conocimientos, pero no para que "vayan de
la pizarra del profesor al cuaderno del estudiante sin pasar por la cabeza de
ninguno de los dos", sino para formar en "saber hacer" y
facilitar los procesos de aprendizaje inter e intrapersonales.
Vigencia de la
"tensión" educativa. El aprendizaje "por casos" reales, en
seminarios, etc., parece un elemento cardinal en el proceso de cambio de las
metodologías. Sin embargo, la clase magistral, impartida a un auditorio
numeroso, pero interesado y motivado, pronunciada por un experto y sobre un
tema determinado, ha sido y sigue siendo una herramienta de altísimo valor
metodológico y formativo. El bosque de "las prácticas" no debe
esconder la vista del árbol de la sabiduría. Formar también significa dar a
conocer y guiar.
No hay una fórmula única.
No hay un "estudiante-tipo" ni un "profesor-tipo". Los
"estilos" educativos son tan variados como las personas (estudiantes
a tiempo parcial, con discapacidades motóricas o psicológicas, inmigrantes,
procedentes de otros sistemas educativos...). Son la corresponsabilidad, la
generosidad en el esfuerzo y los resultados los que establecen la diferencia
entre el éxito y el fracaso.
El esfuerzo en la innovación
metodológica será más productivo si se completa con una formación
preuniversitaria que reconozca ese valor. La transición
Secundaria-Bachillerato-Universidad se realiza con mejor rendimiento cuando los
alumnos de niveles no universitarios han practicado ese trabajo activo y
colaborativo.
El profesor también
aprende. La innovación metodológica no tiene pleno sentido sin el reciclaje
continuo del profesor universitario. En este sentido, las TIC´s son una
herramienta poderosa, pero no son el objetivo. Poner apuntes en un anillo
digital no renueva nada, sólo difunde con mayor amplitud.
Planes Tutor. La formación
universitaria se potencia con el acompañamiento continuo del estudiante y de su
propia maduración formativa.
La metodología colaborativa
parece corresponderse con la evaluación continua o la "evaluación
auténtica", en la que el estudiante es también agente y no sólo
"paciente". La reducción del fracaso académico no debe confundirse
con la política del "aprobado general", sino con el ajuste de
objetivos educativos y el ejercicio de la corresponsabilidad en el proceso.
La programación "por
casos" y la formación práctica como herramientas metodológicas se
robustecen con las prácticas externas como preparación previa a la vida
profesional. El contacto con empresas e instituciones para ampliar la presencia
activa de ambas en la Universidad debe entenderse, también, como elemento de
renovación metodológica.
Históricamente se ha
hablado y escrito mucho sobre algunos conceptos en los que ha llegado el
momento de profundizar y concretar: espíritu emprendedor, espíritu creativo y
competitivo, transversalidad e interdisciplinariedad, alta especialización,
crítica de la atomización de saberes,...
Es necesario reiterar que
la mejora de la práctica pedagógica pasará, sin duda, por incidir en la
formación inicial y continua del profesorado, así como su evaluación e
incentivación.
Este es el apasionante
panorama al que deben enfrentarse las universidades españolas. La reforma que
nos ocupa supone mucho más que elaborar cambios de planes de estudios: deben
diseñarse unas propuestas de títulos de Grado, Master y Doctorado y el
auténtico cambio debe plasmarse en las metodologías docentes. La Comisión para
la Renovación de las Metodologías Educativas en la Universidad reflexionó sobre
la conveniencia de crear en las Universidades oficinas, en algunos casos fruto
de la reorganización de servicios existentes, encargadas de la gestión de
Planes Específicos para la Renovación de las Metodologías Educativas (PERME),
con la finalidad de servir de marco a buena parte de las propuestas
mencionadas. Sus funciones se refieren a la formación del Profesorado, al apoyo
técnico al mismo, a la innovación metodológica, a la gestión de inversiones y a
la comunicación interna y externa, todas ligadas por los conceptos comunes de
calidad y excelencia en la formación universitaria.
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