Un día para nunca recordar
LA ESTADÍSTICA APLICADA Y YO.
Cuento de estudiante que durmió y durmió.
(Enviado Especial = P (e/e). Empecé este artículo de esa manera porque quiero narrar en pocas líneas lo que significó para mí el reencuentro más catastrófico de mi vida. Pasaron 15 años desde la última vez que los ví, y me dije que no los volvería a ver jamás. Me equivoqué.
Pasaban las 7 de la mañana, estaba yo muy presuroso, debía estar en el aula antes de las 8 y la probabilidad de que llegara tarde era remota; aun así corría contra el tiempo. Tenía algo de temor porque estaría en un aula no como profe si no como alumno y lo que más me preocupaba era el curso. Estadística aplicada.
Llegué temprano fui el segundo en el aula, me ubique por cábala en la segunda carpeta, cerca a la puerta para salir corriendo por si acaso, llego el profe y la verdad desde que vi su manual comencé a tener sueño, como si mi mente me decía no te gastes en algo que no podrás hacer bien. Porque a mi cerebro lo acostumbre a hacer las cosas bien hechas. Pero nunca lo preparé para la estadística y mucho menos aplicada.
Cuando desperté ya había terminado la sesión de la tarde, es decir perdi 10 horas entre sueños y medias noches de numeritos saltando la cerca, de factoriales, de sumatorias, probabilidades, dados, empresas, colegios, a/b, entre otras cosas que mi cerebro se resiste a nombrar, porque hasta ahora le hago la guerra a un módulo que debo entregar.
Hasta calculadora científica me compré y lo malo que en la clase también enseñaron a usarlo pero como no la tenía no entendí, entonces ahora es mi realidad, me siento como si estuviera frente a un pelotón de fusilamiento, cuyas armas son los problemas estadísticos, y la única bala que terminará con mis aspiraciones de aprobar. El examen.
Entendí que 15 años no pasan en vano, atrás quedaron los buenos puntajes en ese curso cuando estaba en pregrado, como extraño a mi profe de ese entonces. Solo entiendo que no debo desmayar en mi intento, por eso el grupo de compañeros que gentilmente intentan sacarme del colapso estadístico en el que he caído, me apoyan y me empujan a que no desmaye.
Buenos chicos, y todos son de letras, como yo pero con una diferencia, me predispuse a no entender nada de ese profe y ahora siento que perderé mis chances de salir bien librado, entonces: cuál es la probabilidad de aprobar el curso si solo entiendo un 20%. Bueno espero que el profe entienda mi crisis y de más tiempo para entender el curso pero que no sea en segunda matrícula.
LA ESTADÍSTICA APLICADA Y YO.
Cuento de estudiante que durmió y durmió.
(Enviado Especial = P (e/e). Empecé este artículo de esa manera porque quiero narrar en pocas líneas lo que significó para mí el reencuentro más catastrófico de mi vida. Pasaron 15 años desde la última vez que los ví, y me dije que no los volvería a ver jamás. Me equivoqué.
Pasaban las 7 de la mañana, estaba yo muy presuroso, debía estar en el aula antes de las 8 y la probabilidad de que llegara tarde era remota; aun así corría contra el tiempo. Tenía algo de temor porque estaría en un aula no como profe si no como alumno y lo que más me preocupaba era el curso. Estadística aplicada.
Llegué temprano fui el segundo en el aula, me ubique por cábala en la segunda carpeta, cerca a la puerta para salir corriendo por si acaso, llego el profe y la verdad desde que vi su manual comencé a tener sueño, como si mi mente me decía no te gastes en algo que no podrás hacer bien. Porque a mi cerebro lo acostumbre a hacer las cosas bien hechas. Pero nunca lo preparé para la estadística y mucho menos aplicada.
Cuando desperté ya había terminado la sesión de la tarde, es decir perdi 10 horas entre sueños y medias noches de numeritos saltando la cerca, de factoriales, de sumatorias, probabilidades, dados, empresas, colegios, a/b, entre otras cosas que mi cerebro se resiste a nombrar, porque hasta ahora le hago la guerra a un módulo que debo entregar.
Hasta calculadora científica me compré y lo malo que en la clase también enseñaron a usarlo pero como no la tenía no entendí, entonces ahora es mi realidad, me siento como si estuviera frente a un pelotón de fusilamiento, cuyas armas son los problemas estadísticos, y la única bala que terminará con mis aspiraciones de aprobar. El examen.
Entendí que 15 años no pasan en vano, atrás quedaron los buenos puntajes en ese curso cuando estaba en pregrado, como extraño a mi profe de ese entonces. Solo entiendo que no debo desmayar en mi intento, por eso el grupo de compañeros que gentilmente intentan sacarme del colapso estadístico en el que he caído, me apoyan y me empujan a que no desmaye.
Buenos chicos, y todos son de letras, como yo pero con una diferencia, me predispuse a no entender nada de ese profe y ahora siento que perderé mis chances de salir bien librado, entonces: cuál es la probabilidad de aprobar el curso si solo entiendo un 20%. Bueno espero que el profe entienda mi crisis y de más tiempo para entender el curso pero que no sea en segunda matrícula.
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