jueves, 10 de febrero de 2011

CORRUPCION Y DELINCUENCIA, TEMA PARA LA AGENDA ELECTORAL

CORRUPCION Y DELINCUENCIA, TEMA PARA LA AGENDA ELECTORAL
Por: Percy J. Paredes Villarreal
Pepavi66@hotmail.com

En estos últimos tiempos, los graves problemas que vienen aquejando al país desde la opinión de la ciudadanía, están referido a la corrupción dentro de las esferas del Estado y la delincuencia; esto se refleja en las diversas encuestas, entrevistas que se vienen aplicando a nivel nacional, regional y local.
Estos problemas son álgidos y existen en nuestro país; por lo que, se deben convertir en tema de debate dentro de esta coyuntura electoral. Algunos candidatos, los han asumido con preocupación y responsabilidad; otros, lo están utilizando políticamente para obtener réditos y ventajas dentro de un proceso electoral que se avecina. Pero, a pesar de las medidas y acciones que se han tratado de implementar, estos males siguen vivito y coleando; por lo que, la corrupción y la delincuencia, como fenómeno social se están volviendo cancerígenas sin indicios de solución
LA CULTURA DE LA CORRUPCION:
El tema de la corrupción, ya se ha venido escuchando desde el primer gobierno del APRA, donde se desataron una serie de denuncias tanto a nivel nacional, como en diversas esferas del Estado, estos actos de corrupción implicaron un descredito para el Partido de Haya de la Torre, como también para el primer gobierno de Alan García, que se fue con el “rabo entre las piernas”.
Del mismo modo, durante el gobierno de Fujimori la corrupción también estuvo presente toda la década de los noventa del siglo pasado; estas se dieron a través de la privatización de las empresas públicas, la compra de armamento, la compra de la línea en los medios de comunicación, la compra de tránsfugas, entre otros casos que se denunciaron en aquel entonces. La corrupción durante este gobierno Neoliberal, fue el detonante; ya que, la población salió a las calles a enfrentarse a los gemelos Montesinos - Fujimori, y de esa manera se pudo traer abajo a este régimen autocrático y autoritario.
Durante esta década, para algunos especialistas en temas de corrupción, se cuantifico económicamente el costo de la corrupción, según el ex procurador José Ugaz, durante los diez años del gobierno de Fujimori se obtuvo cerca de 1,200 millones de dólares en actos de corrupción; algunos economistas hablan que hasta la fecha la corrupción ha llegado a la suma de 5 mil millones de dólares, que se ha dejado de invertir, producto de la coima y el pago del 10% a diversas autoridades. Esto es aparte, del dinero que muchos miembros del gobierno recibieron por muchos conceptos; asimismo, con ese dinero Fujimori y Montesinos, abrieron cuentas bancarias en bancos extranjeros, para de esa manera depositar cuantiosas sumas de dólares, producto de los actos de corrupción.
El vladivideo, que se difundió y fue la caída del Fujimontecinismo, demostró a un Estado corrupto, implico la caída de este régimen; del mismo modo, los petroaudios, durante este segundo periodo de gobierno aprista, también implicó la caída de un Consejo de Ministros, que quiso tapar con un solo dedo este mal; posteriormente, comenzaron a destaparse una serie de actos de corrupción, en diversas dependencias del Estado, cuyos responsables son las personas muy cercanas al gobierno de turno.
Los actos de corrupción, no tan solo se da en las esferas del Estado nacional, también se puede notar en algunos gobiernos regionales y locales, donde los procesos de adjudicación en obras de infraestructura, se encuentran amañados, y por lo tanto, se puede notar las coimisiones que las empresas ganadoras tienen que darles a algunas autoridades o funcionarios locales para poder ganar los proceso de adjudicación. De esa manera, los ganadores de los proceso de licitación no pierden, tiene que recuperarlo a través de los empobrecimientos de los materiales en las obras que ejecutan.
La corrupción no tan solo se tiene que ver en el gobierno, también se puede ver en casi todas las esferas del Estado, Salud, Educación, Policía Nacional, Fuerzas Armadas, etc.; y que, en estos últimos tiempos, los medios de comunicación vienen denunciando. Pero a pesar de ello, no se puede solucionar; porque no existe voluntad política para acabar con este flagelo que se da en el Gobierno Central, Regional y Local.

Como lo dijo en un determinado momento Manuel Gonzales Prada, al describir a nuestro país como "El Perú es un organismo enfermo. Donde se pone el dedo, brota la pus". Podemos enumerar la cantidad de actos de corrupción existente en nuestra relación entre el ciudadano y las instituciones del Estado; o entre los empresarios con los diversos sectores públicos, etc. A pesar de ello, son pocas las sentencias y/o encarcelamiento de personas comprometidas con estos actos negativos; e allí el gran problema, de la falta de leyes contra la corrupción.
Por lo que, este mal cancerígeno, se ha convertido en una costumbre; y por lo tanto, se ha incorporado a la cultura de la política tradicional, existente en nuestro país. Ya que podríamos decir, que este fenómeno, se conocía como algo aislado, pero con el pasar del tiempo está formando parte de nuestra vida cotidiana, de nuestra costumbre y de nuestra relación existente con las diversas instituciones y organizaciones, con la que nos vinculamos permanentemente.
DELINCUENCIA E INSEGURIDAD:
Es preocupante ver, leer o escuchar, por los diversos medios de comunicación (televisivo, escrito y/o radial), como la información relacionado a la delincuencia y a sus efectos, se ha convertido en tema del día o prioritario para los comunicadores sociales y para el publico oyente, o aquellos que desean informarse de lo que acontece en nuestro país.
Si bien la delincuencia, en un primer momento estaba vinculado a los asaltos a bancos, o arranchar carteras, cuadrar a personas que caminan por la calle; ahora, todo está sofisticado; tal es así que la mayoría de asaltos, se dan dentro de otro tipo de espacios, como es el cobro de cupos, a todas aquellas personas que tienen algún tipo de negocio para poder sobrevivir, o aquellas personas que son prósperos comerciantes. Y esta extorsión tiene que ser atendido, porque, aquellos que se oponen sencillamente son aniquilados, asesinados por sicarios que cobran entre 10 a miles de nuevos soles, para cometer un acto de asesinato.
Estos actos delincuenciales y de asesinatos, cosas que solamente, años atrás, lo podíamos ver en películas y en otros países como en Colombia, México, Brasil y Estados Unidos, lo vemos en nuestras ciudades y en nuestras propias narices, sin poder ser controlado, ya que avanza rápidamente.
La inseguridad y el temor de que en cualquier momento uno mismo puede ser víctima de un asalto, secuestro o extorsión, está permitiendo un temor e inseguridad en su vida. Una persona, no puede caminar tranquilamente por la calle, por el temor a ser asaltado, secuestrado o asesinado.
Del mismo modo, los actores principales de este escenario delictivo, muchos de ellos son jóvenes que se inician en el mundo del hampa, y que cada vez que actúan con sangre fría van incrementando su poder para de esa manera comandar a un grupo de personas, que tienen que trabajar para él.
Eso significa, que la delincuencia también se ha modernizado, está estructurado y cuentan con personas que se dedican a recopilar información; así como también, la incorporación de jóvenes desde temprana edad en este submundo, va prefigurando las conductas y el comportamiento, asumiendo nuevos patrones culturales, que le permiten fortalecerse económica, social y culturalmente dentro de estos espacios delictivos.
Jóvenes adolescentes, que se han convertido en asesinos y que por una simple “propina” son capaces de aniquilar a cualquier persona o familia, a estos se les denomina sicarios; mujeres encargadas de cobrar cupos, a las diversas personas, a cambio de su vida, y haciendo uso de las tecnologías modernas para depositar dicho dinero, refleja que también en ellos están actualizándose permanentemente. De esa manera, podemos describir lo que podríamos denominar la cultura delincuencia, como fenómeno social, cultural, económico, político, etc.
Asimismo, vemos como se dan enfrentamientos entre grupos armados, por el control de los espacios públicos; trayendo graves consecuencias de vidas humanas asesinadas. Según el Jefe de la III DIRTEPOL, General PNP Oswaldo Alfaro Lagos, en conferencia de prensa manifestó que solamente en la ciudad de Trujillo, durante el año 2010 hubo 85 asesinatos, de las cuales preciso que: 1) se registraron 17 asesinatos por ajuste de cuentas entre delincuentes comunes; 2) 43 caso de asesinatos se dieron producto del enfrentamiento de bandas; y 3) 5 muertes se dieron debido al enfrentamiento de delincuentes con la Policía Nacional del Perú. Asimismo, hubo 7 asesinatos por robo agravado, y por motivos ajenos a la delincuencia se registraron 7 muertes.

QUE HACER, PARA REDUCIR ESTOS DOS PROBLEMAS:
A mi parecer, creo que es importante plantear lo siguiente:
Primero, es utópico decir que estos males, me refiero a la corrupción y a la delincuencia, van a desaparecer o exterminar; por el contrario, es importante ser sincero y decir, que se puede reducir o controlar, pero no se puede desaparecer en lo inmediato. Es un trabajo a mediano y largo plazo.
Segundo, que debe existir una voluntad política desde las esferas del Estado Central y de los Subnacional, donde se defina como política de Estado y forme parte de las políticas públicas nacional y local, la lucha frontal contra la corrupción y la delincuencia. Para ello, es importante poner mano dura contra la corrupción y la delincuencia, con sanciones ejemplares que permitan demostrar una lucha frontal contra estos males.
Tercero, incorporar a la sociedad civil, involucrándolo en la decisión política como también en la vigilancia, fiscalización y en el trabajo de seguridad ciudadana. Es decir, no tan solo se debe acabar con la delincuencia, haciendo uso de normas rígidas y penalidades, ni tampoco responderles de igual forma, sino organizar al pueblo para enfrentar a la inseguridad y a la corrupción. Uno de esos ejemplos son las Rondas Campesinas, existentes en la serranía de nuestro país.
Cuarto, el papel de la educación es muy importante dentro de este contexto, que permita la formación de valores, y donde los medios de comunicación reduzcan la información relacionado a delincuencia, para ir creando acciones propositivas, que permitan mejorar una buena relación entre padres e hijos, entre autoridades y ciudadanos, entre los mismos ciudadanos.
Quinto, diseñar políticas públicas nacionales y locales, que generen inclusión social. Donde los gobiernos Regionales y locales, diseñen políticas sociales que lleguen a los lugares más alejado de la ciudad, para implementar actividades permitiendo la incorporación de aquellas familias donde no reciben ningún tipo de apoyo social, beneficio e incentivos que les debe brindar el gobierno subnacional.
Sexto, implementar políticas públicas dirigido a la juventud, en torno a la educación, la economía, etc., que les permita contribuir en el mejoramiento de su calidad de vida.
Todas estas propuestas deberían formar parte de la agenda electoral, que se avecina donde los candidatos a la presidencia como al Congreso, asuman un compromiso y se involucren en los problemas; de esa manera poder dar inicio a una verdadera acción para erradicar la corrupción y delincuencia, de lo contrario no habría otra alternativa.

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