miércoles, 17 de agosto de 2011

Qué valor tiene el periodismo hoy?

Qué valor tiene el periodismo hoy?


Por Horacio Alva Villarreal(*)
alviho_1974@hotmail.com


Las debilidades de los nuevos profesionales del periodismo y los enormes vacios – desde lingüísticos hasta académicos - de los mercenarios de la “prensa chicha”, han puesto en jaque a la más noble de las profesiones que el ser humano puede desarrollar. En las últimas semanas estas supuestas irresponsabilidades (donde aparentemente se tergiversan y manipulan las declaraciones) han generado diversas reacciones desde la esfera política y empresarial de nuestro país.


El entredicho entre hombres de prensa y el presidente de del congreso, Daniel Fernando Abugattás Majluf, ha despertado - una vez - la polémica sobre la responsabilidad con la que se debe manejar el periodismo y el compromiso de esta profesión para promover una cultura de análisis y opinión a profundidad de la realidad nacional. Es decir que el trabajo informativo debe ser sólo el primer paso de los medios periodísticos para fortalecer el razonamiento del ciudadano de a pie.


Hasta el mismo presidente ecuatoriano Rafael Correa, se ocupa de los medios de su país y de los medios del Perú, también lo hace el presidente Boliviano y el Venezolano. Argentina no escapa a este tema, y así podemos seguir nombrando acciones contra la labor del periodista y del dueño del medio. No estamos contra la libertad empresarial, pero si estamos contra el periodismo sensacionalista y amarillista que sólo informa degradando a la persona.


Actualmente se han confundido las funciones del hombre de prensa, de los medios y sobre todo se han dejado someter por los intereses empresariales de los dueños de algunos medios de comunicación. Entonces nos podemos preguntar:¿ fue el periodismo el cuarto poder; aún lo es; qué valor tiene el periodismo ahora; cual es el aporte social del periodismo?.


No quiero menospreciar la buena labor de algunos hombres de prensa que han dedicado su vida a la academia y a la investigación profesional, cumpliendo todos los requisitos para no violar espacios privados y mucho menos confundirlos con los públicos. Esa labor de fiscalización no se realiza en todos los medios, se ha olvidado o se ha cambiado por una que es más rentable. El sensacionalismo: mucha muerte, violencia extrema y sexo.


Efectivamente, temas sobre ética, honestidad y veracidad, seguirán en debate académico, porque la realidad nos presenta un panorama distinto; ahora cualquier persona puede rentar espacios y publicar programas seudo periodísticos en el medio de comunicación que pueda pagar. Entonces quién califica a ese “periodista” para saber si está habilitado o no por el ente deontológico (colegio de periodistas), para ejercer la profesión?


Quién sanciona a los dueños de los medios que sólo buscan lucrar alquilando sus espacios de programación a toda persona natural. O es que estamos esperando que exista una degeneración total de la profesión para poder desacreditarla y así poder extinguirla?. Está entendido que un buen manejo en el procesamiento de los datos para su correcta difusión y con el análisis exacto de la realidad en las páginas de opinión puede hacer de un medio impreso, hablado o televisado, la verdadera herramienta para defenderse en este competitivo mundo de la información.


Tampoco olvidemos que es muy importante la participación de la ciudadanía, porque el lector, escucha o televidente debe saber lo que consume diariamente como información periodística y sólo así podremos generar cadenas de consumo de información clara, honesta y veraz, obligando a los medios “chichas” aportar opinión y dejar el camino de lo sensacional.


Nuestra ciudad no es ajena a esta realidad, ahora hasta se usa el “poder” de la palabra PRENSA, para blindar vehículos, polarizándolos y no ver la cara de ese supuesto hombre de prensa que se vale de una página, micrófono o señal de televisión para difamar y calumniar a una persona por dinero o simplemente por rabia.


Es el momento entonces, que se pida al gobierno la ley del periodista, donde solo la ejerza el que está acreditado y habilitado por el colegio profesional de periodistas del Perú; tal como lo hacen los médicos, ingenieros, administradores, contadores abogados entre otros.


Entonces, todos tenemos una labor: en el trabajo periodístico, en la casa y en las universidades y en las instituciones públicas y privadas. Por lo tanto, todos seremos responsables del periodismo que existe en nuestra ciudad y de la calidad de ciudadano que la habita.


(*)Periodista y Docente universitario.

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