domingo, 10 de julio de 2011

LOS DERROTADOS Y DERRETIDOS

LOS DERROTADOS Y DERRETIDOS
Sigifredo Orbegoso V.
Dicen que: “El enemigo no duerme”. Bueno, algunos. Otros han dado una siestecita para sacudirse del revolcón y ahora volverán a la carga. El sicario Bayly al no cumplir su contrato tuvo que volar a donde lo necesitan: Miami. No se sabe si habrá ajuste de cuentas. PPK después de recurrir a un virulento spot contra el “Militarismo” que supuestamente encarnaba Humala y que habrá disgustado a Giampietri por hablar tan despectivamente de los militares, ha desaparecido por supuesto con su nacionalidad estadounidense que –bajo juramento- lo obligaba a renunciar a la peruana de acuerdo a la ley de USA que muchos desconocen. Tampoco aportó prueba alguna de que Ollanta recibía “maletas” de dinero de Chávez que, respirando por la herida, dijo saber “cuando era Premier” ¿y qué hizo?. El sabio De Soto vino, vio, cobró, no venció y desapareció.
Por su parte el resentido Rospigliosi después de culminar su campaña contra Ollanta con un artículo furibundo en el que enumeraba cargos, defectos y delitos, como para sepultarlo, ha debido tragar sus palabras ante la bofetada de las ánforas. Pero a diferencia de Jaimito, sigue como si nada. Tal vez para no perder su asesoría como “experto” en la Embajada norteamericana en donde pidió que intervenga contra un candidato que no le gustaba. A mi regreso de un viaje que nos permitió ver de cerca al movimiento de “Los Indignados” en España, prendimos el televisor cuando se iniciaba una entrevista en el Canal N. El conductor le hizo una curiosa “pregunta-respuesta”, le dijo: “Señor Rospigliosi, usted no cree que la violencia en el sur se deba al triunfo de Humala”. La respuesta no se hizo esperar: “Pero claro, eso estaba cantado. Como allí Humala ha obtenido alrededor del 90%, ahora ellos se creen con el derecho de hacer lo que se les da la gana”.
In péctore me dije: “Que tal caparazón de este “analista” que parece haber nacido en las Galápagos”. Es decir un problema de vieja data, que había comenzado antes de las elecciones, que las tomas de carreteras fueron “suspendidas” para que se realicen con normalidad los comicios, señalando que volverían a tomarlas hasta que se solucione el problema gestado y no resuelto por Alan García, resulta que ahora el triunfo de Humala constituía la causa de la violencia. Y si hubiese ganado su candidata Keiko ¿qué? ¿Los aimaras y demás comunidades se hubiesen ido a sus casas? Con esta lógica evidentemente tendríamos un mundo “patas arriba”, como diría Galeano.
Ahora esperemos la segunda campaña que estará orientada a hacerlo fracasar a Humala sin importarles el Perú. Así ha sido siempre.

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