miércoles, 2 de julio de 2008

El don de Criticar.

Durante muchos años mis maestros, amigos y compañeros de universidad explicaron que el exito de sus vidas, trabajos y accciones académicas, se debía a la presión que aplicaban para exigir al alumno los resultados requeridos en cualquier acción que se les encomendaba. Esos si que fueron años interesantes; mucha presión, mucho trabajo, mucha lectura y sobre todo acción pre profesional.
Como no recordar a don Alberto Ku King Maturana, o a don Reinaldo Naranjo García, a don Antonio Fernandez Arce, a los extintos: Justo Peláez y Eduardo Quiroz Sánchez; al maestro Segundo Llanos Horna, ellos aplicaron una inteligente presión y nos ayudaron a entender la labor profesional que pronto desarrollaríamos.
Ahora, los chicos de hoy, ni siquiera saber qué hacen en las escuelas de comunicaciones, y si les dices que tienen que leer más de un libro, que está relacionado a su carrera profesional, simplemente se quejan y protestan ante la presión que se les aplica en la universidad de hoy. Y es que estos chicos, provienen de una nueva cultura: El facilismo.
De los que yo conozco, y los puedo contar con una mano, son muy pocos los que se han logrado ganar mi confianza por sus habilidades analíticas o de interpretación de la realidad que se detalla en sus composiciones publicitarias, periodisticas, de diseño y hasta organizacionales. Del resto de jóvenes, no opino, porque ellos se encargan de "opinar del resro".
Así es, es que la gran mayoría de los chicos de comunicaciones de hoy, se han dedicado a desarrollar un nueva cultura: "la cultura de la critica". Que el profesor es malo porque nos hace leer, que el profesor es malo porque solo me demoré un día en entregarle mi trabajo o simplemente: el profesor es malo porque no sus examenes son para pensar.
Y así me extendería en este artículo para detallar cada una de las acciones de los "chicos" que a diario exlpican, sustetan y hasta se encargan de comentarlo a sus demás compañeros para que sepan lo "malo" que es determinado docente. No quiero exculpar a los docentes que por razones propias no saben explicar sus temas de clase, eso ya depende de cada docente. Y de eso me detendré en otro artículo.
Pero creo que nosotros los docentes debemos proponer una acción no comercial de la educación universitaria que desde mi óptica no ha despegado a ese punto de SUPERIOR. Al alumno se le trata como cliente y si se le aplica presión se queja y si no "botan" al docente, lo sancionan, solo porque el alumno se quejó y nunca pudo sustentar con realidades su "malestar", ya que simplemente criticó y confundió las cosas.
La madurez de los alumnos que ahora ingresan a las universidades, debe también estar parametradas porque solo así podremos tener una vez más una generación que sepa salir de sus problemas solo, y con acciones positivas que le permitan un nuevo aprendizaje el que le servirá en todo el desarrollo de su vida.
Entonces, empecemos a formar grupos de jóvenes que sepan trabajar con humildad, sencillez y sobre todo que aprendan el concepto de gratitud. Y de esta manera se olviden de criticar sin fundamentos y se ubiquen en la vereda de los que aportan, de los que construyen con ideas nuevas situaciones y acciones que nos hacen mejores como hombres cada día.
Me olvidaba, no es que yo critique las acciones de los jóvenes de hoy, sino que simplemente he dedicado más de 10 minutos diarios a escuchar comentarios de alumnos hacia cada uno de lo docentes y se que de mi persona también se han detenido a criticar. Bueno al fin creo que ellos se mueven en ese mundo donde gobierna: "El donde de criticar".
Lic. Horacio Alva Villarreal

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