miércoles, 14 de mayo de 2008

Más de lo mismo. Una historia en el día de la madre.

Me gustaría recordar como me trataba mi madre cuando yo aún era un petizo, cuando aprendí a decir “mamá”, o simplemente cuando entregué un garabato fabricado con mis propias manos y ayudado por mi profesora. No saben que daría yo por ver el rostro angelical y joven de mi madre cuando le recitaba la misma poesía cada año.

Pero de eso no recuerdo nada. Ahora con más años en el cuerpo y mi madre más entrada en edad, añoro esos tiempos y con nostalgia porque se que no los viviré más. Me tocará sentir lo mismo cuando mi hija haga lo que yo hice en su momento y me entregue algo que ella hizo con su manitos en crecimiento. De verdad siento culpa.

Porque he olvidado lo mas importante en mi poca existencia, he olvidado los maravillosos años de la vida que mi madre me regaló sin pedir nada, he olvidado la sonrisa amable, los ojos tiernos y el abrazo fuerte donde las palabras no eran necesarias. He olvidado las alegrías que le regalé y solo recuerdo las tristezas de mi madre. Muchas de ellas las causé yo.

Es muy penoso que en el mundo solo exista un día para homenajear a ese ser que sacrifica todo cuando aprende a ser madre. Es penoso saber que el día de la madre dejó de ser un día especial, ahora es solo comercial. Las mismas rosas, los mismos regalos cada año y abrazos obligados porque es el Día de la Madre.

Me he preguntado muchas veces, cuántos abrazos sinceros hemos dado a nuestras madres, y cuántos de ellos fueron sin pedirle perdón por algo. Me he preguntando también, como hacen las madres para perdonar tan fácil a un hijo que se porta mal, a uno que esta en la cárcel y ayudar al que está en drogas. Como una madre puede soportar tanto, sin pedir nada a cambio.

Los regalos por esas fechas son graciosos; siempre son los mismos y sobre todo son para la casa. Una cocina, un televisor, una plancha, celulares y la misma rosa plastificada de todos los años. Otros intentan hacer algo diferente, se atreven a cocinar, llevan arreglos florales, o simplemente salen a almorzar fuera de casa. Y se merecen las madres eso? Creo que la respuesta sólo la tienes tú.

Tanto hemos cambiado, que hasta la madres fallecidas se pierden en el olvido. No se si es un problema pero creo que las madres del futuro estarán mas lejanas y distantes de sus hijos, ya que ahora se vende un sentimiento sólo hacia lo material y ya no al espiritual. Espero que no me cataloguen como antiguo, ni de viejo; solo pretendo despertar al ser humano que vive en cada uno de nosotros.

Hablar de este tema es no dejar de escribir, porque casi todo se relaciona a la madre: es la que educa a los hijos, es la que comparte su tiempo en tres momentos (trabajo, hijos, esposo), es la que no debe equivocarse, porque su existencia es un modelo a seguir. Y así seguiríamos en párrafos y párrafos de esta idea. Pero queremos vender otra idea. Queremos decir algo diferente.



Han pasado los años y me he detenido a pensar en lo que pasaba, he comprendido que las cosas las estaba haciendo mal y de verdad me arrepiento, se que he perdido mas de lo que creí ganar. Entiendo que me he perdido en sub mundo comercial del día de la madre, una fecha que de verdad tiene que ser especial. No quiero entregarte regalos hoy, porque se que tampoco los recibirás, pero me gustaría aceptes mis disculpas y logres perdonarme porque he crecido y he cometido errores a diario, como el no darte un beso por las mañanas, en darte mi mejor sonrisa, o regalarte el abrazo más fuerte que puedo guardar en mi corazón. Y perdóname porque no supe escucharte, ahora entiendo que tus consejos salían desde lo más profundo de un sentimiento sano.

Ahora con lágrimas en los ojos, unas cuantas rosas en la mano, lloro por las madres que ha partido y lloro porque es tu día, el día de la madre y he venido a regalarte lo que nunca antes te regalé. Un abrazo, un beso y un te quiero pero desde mi corazón. Feliz día de la madre por siempre, Mamá.

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