domingo, 4 de mayo de 2008

Vía crucis: dolores de un vehículo que circula en Trujillo.

Los entendidos en autos, señalan que éstos duran cuando se cuidan y cuando se tiene un sistema vial (pistas), en buenas condiciones. Y ese es el punto que nos toca comentar hoy. Durante mi crecimiento en esta ciudad (la que fue importante), no vi cambios importantes en el sistema vial de transporte urbano, cuando estas se deterioraban simplemente se parchaban y ya, todo solucionado.

Pasaron más de 20 años y se hablaba que las pistas no recibían un simple parchado, sobre ellas se aplicaba la mejor tecnología de parchados (eso si lo creo, tantos años en lo mismo), que se aseguraba la durabilidad del parche, mas no del resto de la pista que no estaba parchada. A ese problema técnico, sumémosle la idiosincrasia del conductor: es decir cuando una pista es de transito ligero, es para vehículos de menos de 500 kilos, por lo tanto no deben circular vehículos pesados.

Pero nuestra realidad y el carente criterio para ordenar el transito, hizo posible que micros, combis y camiones, circularan por esas vías, lo que aceleró su deterioro. Y a diario se podía observar cuadrillas de trabajadores haciendo lo que mejor sabían hacer:”parchar pistas”. Pasaron los gobiernos, apristas y a ello se sumaba, el deficiente control técnico para supervisar las obras, porque una vez parchado el tramo destruido, este se deterioraba en pocos días nuevamente.

Pero para campeones los peruanos. Cuado se avizoraba un proyecto de instalaciones completas de kilómetros de pistas nuevas, y mejoraba las opiniones hacia el alcalde del momento, las empresas más quejadas: Telefónica y Sedalib, esperaban que se terminen esos trabajos para hacer sus cambios de redes. Eso solo sucede en el Perú. Y otra vez a seguir sufriendo, porque el material que estas colocaban ya no eran los mismos. Es decir, que aflorarían los “huecos otra vez” en las pistas.

Estos problemas para los conductores no sólo se sentían en las grandes avenidas (como su nombre lo dice), que solo son de tres carriles; sino que también se trasladaron a calles de urbanizaciones, afectando a los vecinos que circulan en sus vehículos particulares. Se pueden imaginar ustedes urbanizaciones sin áreas verdes, sin bancos, con pistas estropeadas por ineptitud en la construcción del contratista y en la supervisión por parte del estado. A eso súmenle las veredas completamente colapsadas.

Pero que ha pasado desde entonces, Santa María, Pilco, Torres, Murgia y Sifuentes, alcaldes apristas todos ellos, nos dejaron el mismo sistema, carente de soluciones; pistas rotas, presupuesto para parcharlas y eso sale del bolsillo del contribuyente. Y pensar que ellos nunca imaginaron que Trujillo crecería tanto como lo es ahora, ya una metrópoli. Por eso se ve desorden en la concesión de líneas de transporte, inadecuado plan de metro, sistemas de habilitación urbana que colapsan por su término de vida útil, y funcionarios irresponsables que hacen todo menos su trabajo.

Después de tanto soportar el pueblo le dio la razón a la lógica (suena raro, pero es así), y votaron por alguien que no represente al mismo sistema político (“vengo de parte del compañero tal…”), y apuntaron sus esperanzar en un alcalde no aprista, que nada puede hacer porque en esta ciudad todos tienen el mismo corazón con cinco puntas, en especial el gobernante de la nación de turno, que lloró cuando se enteró que la caja Trujillo ni sedalib sería ya la caja chica del partido del pueblo que manejan solo unos pocos.

Pues bien, en mas de un año de gestión, la colectividad espera que las pistas dejen de ser un vía crucis, para los ciudadanos que tienen un vehiculo, o para quienes circulamos en un vehiculo de transporte publico, y que debemos soportar los “baches” en todo recorrido. Esperamos una nueva carpeta asfáltica, que cubra las vías de Trujillo, pero cuando ya estén listas, las empresas privadas amparadas en su status, no las destruyan con tanta facilidad.

Porque nosotros merecemos respeto, de los alcaldes, de los funcionarios públicos y en especial de quienes nos venden sistemas de comunicación exageradamente caras. Queremos nuevas pistas ya. Queremos que Trujillo recupere su nivel, y asi podremos ser llamados nuevamente los de la ciudad limpia y sin “baches”.

PC. Horacio Alva Villarreal.

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