miércoles, 2 de abril de 2008

CUÁNDO NOS REGULAREMOS?

Recuerdo que cuando estudiaba periodismo, mi padre fue el primero en oponerse, me decía él: “los periodistas son mentirosos, se esconden siempre en anónimos y nunca responden con la verdad;..Los periodistas son unos mercenarios de la información, te levantan a la altura de Dios y luego te dejan caer al mismo infierno, y eso sucede solo en segundos.”

Siempre discutía con mi padre por esos conceptos; pero la nueva ornada, los valores de la juventud, la fuerza de la rebeldía pueden cambiar algunas cosas, afirmaba cual creyente da alguna nueva religión. Y siempre escuchaba, “nunca taparás el sol con un dedo, …soñador”. Esas palabras me hacían daño, porque comenzaban a resquebrajar mi convicción periodística. Fue ahí donde me dediqué más a esta labor.

Pasaban lo ciclos y mis profesores, muchos de ellos dictaban clase sólo los fines de semana porque llegaban desde Lima, nos endulzaban con los conceptos deontológicos, del periodismo y su importancia en la sociedad. Son los llamados al cambio, y frases como esas eran comunes entre los catedráticos. No fue mucho el tiempo en que debí dejar las aulas para contrastar lo explicado por ellos en mi realidad, el periodismo Trujillano.

Y fue ahí cuando recién entendí realmente lo que mi padre me decía, seguro porque los conocía ya que él trotó mucho en el fútbol y en la actividad pública. Conocí a muchos que me decían que perdía mi tiempo estudiando; debería de trabajar ya, el periodismo era lo mas fácil, por eso había desde gente que nunca terminó el colegio hasta abogados que se “recurseaban” con el oficio del periodismo.

Entendí que nunca lograría cambiar nada, porque cada ciudad no solo tenía a la autoridad que escogía, si no que tenía a sus medios de comunicación que de verdad se merecían, porque eran los públicos los que escuchaban, leían y veían las producciones periodísticas en Trujillo. Pensé vagamente en las entidades profesionales: Colegio de Periodistas, pero me desencanté una vez más. Y fue allí donde conocí a cuanta institución periodística existía. Federación, Asociación, Club, Colegio de periodistas, de comunicadores sociales de Relacionistas Públicos y muchas leyes que de verdad facilitaban mi entierro de ideales y fuerzas juveniles.

Preguntaba siempre, porqué el colegio de periodistas no hacia lo que hacía el colegio de médicos, o de ingenieros, o el de abogados mismo en el último de los casos: si no estas colegiado y habilitado no ejerces la profesión. Cuándo dejará de ser mi sueño, no lo sé. Pero estoy seguro que cuando dejemos de usar el artículo dos inciso 4 de la constitución peruana:
A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley.Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y demás medios de comunicación social se tipifican en el Código Penal y se juzgan en el fuero común.Es delito toda acción que suspende o clausura algún órgano de expresión o le impide circular libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de comunicación.

Y cuantos precedentes de mal ejercicio del periodismo existen en el poder judicial, cuántos condenados y porqué, para poder aprender y enseñar con el ejemplo. O es como sucede en el Perú: “hecha la ley, hecha la trampa”.

Ya en la práctica de internado las cosas no cambiarían, ahí ya pesaba el medio o el prestigio de la empresa. “dale palo no más” si no quiere responder, se escuchaban en las ediciones y mesas de trabajo donde practiqué. Conocí a gente “sana” y a los no tan “sanos” que vendían publicidad y hacían su programa de noticias leídas de un diario local. Ni eso hacían: voltear una nota. Fue ahí donde realmente comprendí que es la sociedad ele verdadero problema social, ella anda corrupta y siempre juega con políticos y políticas a gran escala, y dentro de ello estamos los periodistas sanos y los no tan sanos.

De verdad queremos que la sociedad cambie, o queremos seguir ser unos “zombis” de la sociedad que seguimos construyendo. Cuando entenderemos que la labor periodística va masa allá del “hígado, la bronca, antipatía, revanchismo, envidia y sobre todo lo no profesional”. Sólo cuando eso suceda veremos los cambios en nuestro entorno. El periodismo no solo es pasión, es propuesta e investigación. Por el periodismo que nuestra sociedad necesita: Cambiemos Ya!.

PC. Horacio Alva Villarreal.

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