jueves, 3 de abril de 2008

NUESTRA ETICA COMUNICACIONAL, ES LA ETICA DE LA SOCIEDAD?

Al leer nuevos conceptos sobre comunicaciones y ética, pienso siempre en los comunicadores que abrazaron las relaciones públicas, la publicidad, e inclusive pienso en quienes se dedicaron a la producción audiovisual. Ellos viven la misma ética de la sociedad o simplemente se dejan arrastrar por esa fuerte corriente cargada de modernidad tecnológica en este mar de propuestas comunicacionales.

Luego pienso en aquellos ciudadanos relectores de estos miles de mensajes y sus propios códigos, que se preguntan lo mismo que yo: Tiene ética la sociedad?, creo que si la tiene, no la desarrolla, pero si prejuzga y hasta condena. Entonces, esa es nuestra ética? Sé, que he ingresado a un tema muy complicado y difícil de desarrollar puesto que existirán miles de millones de opiniones diversas, y ojala alguna a favor. Pero insisto en el mismo tema, cuál es nuestra función ética.

El publicista desarrolla una estrategia comunicativa para posicionar en el consumidor determinado producto o mejor aún, le hace creer que ese producto es indispensable en su vida y lo hace “producto dependiente”. Muchas veces ese bien o producto nunca le hizo falta y termina en algún espacio de la casa en desuso o descompuesto por fallas técnicas. Pero aún así se logró el propósito de crear una necesidad, generada por el publicista, que es un comunicador “con mucho de psicólogo”.

El relacionista público, debe mantener las buenas relaciones internas y externas de determinadas empresas, instituciones y comunidades, pero nunca debe olvidar que su matriz es la empresa que lo contrató. Esta faceta de las comunicaciones nos obliga a respaldar los conceptos empresariales del grupo empresarial al que nos debemos. Nada de esto está en los libros, ya que ahí solo existen ideas, y propuestas para una nueva investigación. Entonces cómo logra el relacionista público cumplir su trabajo si afectar su ética, ni formación, ni sus principios.

Entiendo que se puede confundir mas al que pretende abrazar esta profesión, pero esa no es la idea, lo que se propone es generar una conciencia de autorregulación masiva que permita reorientar aquellas conductas no funcionales en los profesionales de la comunicación social y de esta manera hacer cumplir y respetar el nuevo orden social que depende de nosotros, los comunicadores.

El montaje de imágenes fotográficas y las agresiones a la integridad de funcionarios públicos, ciudadanos “de a pie”, y demás interesados en estas ideas, abren un nuevo debate sobre ética, entenderán entonces que se busca generar una abierta discusión y saludable que beneficie a nuestra sociedad, evitando convertirla en suciedad.

Las responsabilidades son compartidas como ya lo anoté en textos anteriores, pero si nos dedicamos a analizarlo en sectores, el campo comunicacional tiene gran parte de la culpa, y si no es así, díganme cuanto se ganaba por publicidad durante la emisión de programas “basura” y enlatados con realidades distintas a la nuestra. Ahora le toco el turno a los audiovisuales. Entendemos el mensaje que estos medios nos dan a diario, segundo a segundo. Se han preguntado si la distracción es familiar o individual. Que tan importantes es la distracción familiar frente a una pantalla de tv, o simplemente compartir una hora de conversación entre amigos, familia y con quienes tienen algo que decir.

Ahora, las comunicaciones tienen entre sus especialidades bandera a los periodistas quienes han demostrado que son los menos llamados a cumplir esa función “éticamente” y no porque ellos no puedan hacerlo, sino que tienen entre sus grupos a inescrupulosos que no son ni expulsados ni sancionados por los órganos judiciales. Recuerdo que todos los medios que venden programas “bandera” periodísticos, gritan a los cuatro vientos su independencia, su honestidad, profesionalismo y sobre todo su valor investigativo para llegar a la “verdad”, (verdad que le favorece a quién?).

Como leen entonces nos encontramos en una discusión saludable pero conflictiva, que nos hace pensar en el título planteado al inicio del texto: NUESTRA ETICA COMUNICACIONAL, ES LA ETICA DE LA SOCIEDAD?. Creo que una de las tantas respuestas que espero encontrar, la puede plantear usted amigo lector. La propuesta ya esta dada, el juego ha iniciado y esperemos que las reglas no favorezcan ni a los medios ni a la sociedad. Solo enfrentando estas ideas, podremos entender lo que realmente buscamos en las generaciones que a su momento asumirán este reto. La comunicación.


PC. Horacio Alva Villarreal.
03/04/08

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